El voluntariado en protectoras fábricas y hospitales
Muchos tenemos habilidades reconocidas para hacer feliz a nuestro perro, para utilizar un taladro con seguridad o para cuidar a un enfermo en casa, y algunos piensan que esto es fácilmente extensible a hacer voluntariado en una protectora, moverse por una fábrica o ayudar en un hospital.
Lo cierto es que los perros, máquinas y pastillas tienen entre otros la capacidad de generar mucho daño, y aunque en el entorno familiar podamos gestionarlos de forma segura, en los ambientes profesionales es imprescindible atender unos protocolos de seguridad.
En una fábrica no podemos ir a ayudar entre perforadoras, prensas y equipos de soldadura, de hecho no podemos entrar ni como visita, si no nos registramos en la puerta, vamos identificados y alguien nos acompaña.
En un hospital no podem anar a cuidar uns malalts i administrar pastilles. El voluntariat hospitalari requereix seguir un protocol de registre, acceptació, formació i seguretat, i tot i així, les seves funcions són restringides. En aquest ambient hi ha qui diu que els metges diagnostiquen, els infermers punxen i els voluntaris aguanten la mà del malalt.
En una protectora se suman elementos de los dos ejemplos anteriores, por un lado, cada animal tiene capacidades de dañar como una prensa. Las prensas no hacen daño casi nunca, pero si pones la mano tendrás una mano de papel fino. Los perros refugiados no hacen daño casi nunca daño, pero si pones los dedos entre las rejas, te los pueden dejar bien finos.
Los virus no se presentan antes de atacar, pero si abres la puerta de un enfermo inmunodeprimido, puedes matarlo, y si tiene un virus complicado, te lo puedes llevar y estropear tu salud. Si abres la puerta de un paddok, puedes desencadenar una pelea o llevarte un buen mordisco.
Pero no es sólo una cuestión de riesgos concretos. Los profesionales y usuarios de las fábricas y los hospitales trabajan sobre rutinas y necesidades que se ven perjudicados por el simple hecho de tener a su alrededor a gente que no sigue los protocolos, o que se para a charlar en medio de un pasillo. En las protectoras profesionalizadas o de voluntariado, también hay equipos con sus rutinas, formas de hacer, formas de gestionar los animales, y reparto de responsabilidades. Por eso establecemos un proceso de selección, acogida, seguridad y formación del voluntariado.
En la Asociación Protectora de Animales El Cau Amic nos gusta que los candidatos a voluntariado se identifiquen, nos expliquen algo de quiénes son, de lo que quieren hacer en la protectora y de sus experiencias y habilidades. No es que queramos saberlo todo, pero si tenemos que hacer cosas juntos, nos parece mejor conocernos y ver si coincidimos en la cultura organizativa. De hecho, queremos que todo el voluntariado empiece por el refugio, al margen de que después ayude en la administración o la comunicación.
También queremos sentir que los candidatos se adaptarán a la forma de hacer, y estarán con los refugiados el tiempo suficiente para que se conozcan y den pasos adelante hacia la adopción, o como mínimo se les haga menos dura la espera y se atempere el nivel de estrés inevitable en instalaciones de refugio. Una forma de "testar" cuan importante es El Cau Amic para los candidatos, es invitarles efusivamente a unirse al equipo Teaming. Generalmente, quienes no son capaces de comprometer un euro al mes, es más probable que tampoco sean capaces de comprometer un puñado de horas regularmente.
Otro tema que ayuda a valorar la incorporación del nuevo voluntariado es la motivación. Sabemos que los humanos nos decidimos a hacer voluntariado por infinidad de motivos, unos porque les ha dejado la pareja, otros porque se han enamorado, la lista es infinita, y la inmensa mayoría de las motivaciones son válidas, pero existen algunos casos en que la motivación choca con la cultura organizativa de la protectora. Por poner ejemplo extremo, quien quiere hacer voluntariado para conocer perros y adoptarlos para dedicarlos a la reproducción o a la caza, no será seleccionado. Quien quiere hacer voluntariado para tener un perro de fin de semana, se ha equivocado de sitio. Entre las motivaciones hay situaciones más sutiles que no son fáciles de valorar a priori, pero existen unos criterios que por suerte nos guían de forma clara:
- ¿La acción voluntaria mejorará la situación de los animales refugiados?
- ¿La intervención de estas personas se adaptará a la cultura organizativa?
- ¿Se cumplirán fácilmente los protocolos de organización y seguridad?
- ¿Se generarán conflictos que perjudiquen a los animales, a los participantes o a la organización?
Y cuando hablamos de participantes, incluimos voluntarios, donantes, adoptantes, padrinos, y todo tipo de colaboradores con los que cumplimos la misión de rescatar y cuidar a perros, gatos y otros animales abandonados en Sant Cugat del Vallès, Mirasol, La Floresta , Valldoreix y Les Planes.
Son cuatro preguntas sencillas que intentamos contestar por adelantado cuando recibimos candidaturas a voluntariado. No nos ha ido mal, y podemos estar muy orgullosos de disponer de unos extraordinarios equipos de voluntariado que desde hace tres décadas han ayudado a salvar miles de vidas.
Gracias a todo el que cuida la Naturaleza y la Vida de los animales, especialmente a las mujeres y los hombres que sois:
Voluntarios, Socios, Padrinos, Donantes, Teamers, Acogedores, Amigos, así como a las Empresas, Medios de comunicación, Organizaciones y Administraciones, que comparten el esfuerzo por la protección animal.